miércoles, 28 de enero de 2009

Breves momentos

El que me conoce un poquito se habrá dado cuenta de que me fascinan los cortos. Me gustan justamente por eso, por su brevedad, que, a mi gusto, no excluye ni dificultad ni emoción. Aparentemente simples, siempre me llenan de interrogantes...

Si a ello se suma la música de Yann Tiersen (me encanta este hombre...), es fácil conocer mi opinión acerca de estos dos:



"The Piano" (2005) de Aidan Gibbons con música de Tiersen




"L'homme aux bras ballants" (1997) de Laurent Gorgiard con música de Tiersen

domingo, 18 de enero de 2009

No nací con alas



En toda mi vida, sólo he montado cuatro veces en avión: ida y vuelta a Mallorca e ida y vuelta a Menorca, no más.

Cuando volví de mi primer destino, me dije que no iba a volver a subir ni que me pagasen por ello pero, a los cuatro años, repetí y cuando pisé, de nuevo, el suelo vinieron a mí las mismas palabras y es que, sinceramente, es la situación en que más miedo he pasado nunca.

Lo sé. Sé que es el medio más seguro que existe pero, allí montada, sobre todo cuando la aeronave empieza a burlar la gravedad, en la fase de despegue, mi cabeza no está para pensar en la seguridad sino en que, como pase algo, no lo cuento. Y es que, lo mire como lo mire, no es natural. Los hombres no nacimos con alas...

Me quedo muda, me sudan las manos, las mejillas concentran la temperatura más alta de mi cuerpo, el corazón me va a mil y parece que, en un momento u otro, éste me vaya a salir disparado a la misma velocidad que el avión empieza la carrera en la pista... Argggg....

Tengo amistades y familiares a los que les sucede lo mismo pero, luego, existen otros (mi madre, sin ir más lejos) que no, que disfrutan del trayecto, de estar en las nubes, de las vistas,... y te dicen: "Pero si Mallorca está aquí mismo, si no te enteras". A lo que yo respondo: "¿Qué no te enteras? Vamos, vamos,... qué más me dará lo cerca que esté, si subir y bajar lo tengo que hacer igual". Los envidio, de verdad.

Pues bien, dentro de un mes, repito. Por motivos laborales, me voy a Italia unos días y, sí, en avión. Nadie me obliga, podría ir cualquier otro compañero en mi lugar, pero me ofrecí. Llevo años con ganas de conocer este país así que me dije: "Cada vez que te montas en un coche no piensas en que te vas a estrellar, pues lo mismo. Si pasa, pasa y punto". Así que en éstas estoy.

Ayer me enteré del amerizaje en el río Hudson y, después de ver tamaña proeza, mis ánimos están en alza, ¡hay posibilidades de sufrir un accidente y contarlo!

No digo yo que ahora me dé por la caída libre, de lo que hablé hace casi un año, pero, al menos, vuelvo a desdecir mis propias palabras, que ya es algo.

lunes, 12 de enero de 2009

De más y de menos

Foto de Cheshire.be

Después de unos días con muchos acontecimientos seguidos (festivaleros y no festivaleros), parece ser que estoy nuevamente en la rutina.

Empecé a trabajar el día 8.

Yo (en general): ¿Qué tal las vacaciones? ¿Han ido bien?

Alumnos de 6 años (también en general): ¡¡Muy bien!!

Yo: ¿Se han portado bien los Reyes? O... mejor dicho, ¿os habéis portado bien vosotros? ¿Os han traído lo que pedisteis? Mirad que los Reyes lo saben todo...

A.: A mí sí. Yo es que también lo sé todo.

Yo: Hombre, A., tú sabes muchas cosas pero todo, no, eso es imposible. No lo sabe todo ni el más listo del mundo. Aunque sepa mucho, mucho, mucho,... siempre tiene cosas que aprender.

A.: Entonces los Reyes tampoco lo pueden saber todo.

Yo: Sí, ellos sí porque son magos.

M.: Pues, yo, sólo sé dos cosas.

Yo (aguantándome la carcajada): ¿¿Dos cosas, M.??

M.: Sí, dos.

Yo: A ver, ¿cómo te llamas?

M.: M.

Yo: ¿Cuántos años tienes?

M.: Seis.

Yo: ¿Y de qué color llevas la bata?

M.: Verde.

Yo: Ves, M., ya sabes tres.



Así es, a unos los Reyes les traen por demás y a otros no les llega...