jueves, 27 de marzo de 2008

A buenas horas, mangas verdes

Cuando tenía 16 años, el dentista me propuso ponerme ortodoncia. En esos momentos (en plena efervescencia) creyendo que era sólo algo estético, dije que no (una de mis palas salía más que la otra y no me resultaba tan fea como para ponerme el dichoso aparatito). Con el tiempo, me he dado cuenta de que no era por estética que me lo tenía que haber puesto. La mala mordida (por la pala y algunos más) que he estado haciendo durante estos años, me ha afectado a la mandíbula de manera que se me bloquea un pelín (con el primer mordisco del día, en algun bostezo, ...) y no me queda otro remedio que ponérmelo, si no quiero que vaya a más. A buenas horas, mangas verdes, me diría mi abuela ahora.

Así que la semana que viene, estreno artilugio. ¡Vaya faena! Y es que me ha dicho el dentista que los llevaré durante dieeeeecioooocho meses... (¿no son muchos?...).

Como dicen que al mal tiempo, buena cara (y así no dejo solo al otro refrán), me voy a intentar autorretratar pareciéndome a alguien que está muy de moda últimamente, más que nada, para quitarle un poco de hierro al asunto.


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